En lo bajo de una montaña vivía un niño llamado Fran, él era alegre viviendo con sus padres. Él tenía ovejas, vacas…y le gustaba ayudar a su padre, así que a veces llevaba a las ovejas por el campo. Allí cerca había un río, al que le gustaba acercarse para que las ovejas bebieran. Al otro lado del río había un pueblo, el muchas veces había oído las risas de los niños, pero nunca se había acercado ya que su padre le prohibía pasar al otro lado del puente que había en el río.
En el pueblo que estaba al otro lado del río vivía Linda una chica de la que todos los chicos estaban enamorados ya que como su nombre indica era muy guapa. Todos excepto Pepe, su mejor amigo y el único que se atrevía a hablar con ella. Pepe era muy presumido, aún asi tenía un gran corazón.
Un día el padre de Fran le envió a pasear a las ovejas porque él tenía que hacer unos papeleos en otro pueblo que había allí cerca. Fran hizo la misma ruta que hacía siempre, empezó a caminar y luego se dirigió al río junto a las ovejas. Resulta, que justo ese día la mamá de Linda la envió a llenar unas garrafas al río, y los dos se cruzaron. Desde ese día siempre iban a la misma hora al río para hablar.
Ellos se hicieron grandes amigos y tenían grandes excusas para ir a verse. Él iba a pasear a las ovejas diciéndole a su padre que a si él no trabajaba tanto, y ella iba a rellenar las garrafas todos los días para que no se acabara el agua en un momento dado. Pero en realidad solo iban para verse.
Iban siempre, todos los días y siempre a la misma hora, hasta que un día Linda no apareció por allí. Él no entendía porque, ya que llevaban seis meses seguidos viéndose en ese rio. Él no lo sabía, pero ella estaba muy triste porque su abuela había fallecido ese mismo día y por eso no apareció. Aun así él decidió seguir yendo al río todos los días por si algún día volvía a venir.
Pasó un mes y como no aparecía decidió saltarse las normas de su padre y sin que él se diera cuenta cruzó el río y se dirigió al pueblo donde ella vivía. Él tenía miedo de el comportamiento de la gente al verle y a que su padre se enterara de que había cruzado el puente y también había entrado dentro del pueblo. Pero deseaba saber porque Linda no iba al rio a verle.
Cuando llegó al pueblo se cruzó con unos niños muy maleducados que se rieron de él porque tenía los zapatos destrozados de caminar por el campo, en ese momento Pepe vio lo que estaba sucediendo y decidió ayudar a Fran.
– ¡Ey! Es que no podéis meteros entre vosotros que os tenéis que meter con el primero que pasa.
En ese momento todos dejaron de reírse y se fueron corriendo. Pepe le pregunto que hacía allí y Fran contestó que estaba buscando a su amiga Linda. Pepe al ver que estaba perdido y que no sabía lo que le había pasado a ella empezó a hablarle.
-Creo que no estás muy enterado de toda su situación, a si que yo te contaré. Ella está bastante triste porque hace un me murió su abuela, pero el otro día fui a visitarla y me dijo que dentro de poco volvería a hacer vida normal, que solo la diera un poco de tiempo. Si quieres te puedo decir donde vive, ella es mi mejor amiga.
Pepe le enseño donde vivía Linda y le señalo la ventana de su habitación, ya que sería difícil que su mamá le dejara entrar a verla. Por suerte la ventana estaba abierta y él se metió en su habitación y la abrazó como nunca lo había hecho nadie antes.
Ella tenía la cara roja y con lágrimas en los ojos, se podía ver que amaba a su abuela. También se notaba que la extrañaba mucho, ya que tenía una pequeña caja abierta encima de su cama, donde se podían ver fotos de ella y una señora mayor muy hermosa, con la espalda encorvada y una amplia sonrisa.
Linda le preguntó que hacía allí, como sabía lo de su abuela y como sabía dónde vivía. Fran le conto sobre Pepe, pero antes de poder hacer nada se abrió la puerta y apareció tras ella María, la mamá de Linda.
María se asustó al ver a su hija con aquel extraño y quiso saber que pasaba allí, Fran salió corriendo por la ventana y empezó a andar rápido para que su padre no se diera cuenta de que se había escapado, ni que había cruzado el puente y mucho menos que había entrado a aquel pueblo que tan mal le hablaba su padre.
Pero era tarde porque justo cuando llegaba a la salida del pueblo y al comienzo del puente su padre ya estaba enfrente de sus narices. Su padre le agarró fuerte del brazo y se dirigió hacia la casa de la que había salido unos minutos antes su hijo.
En ese momento Linda ya le había contado todo a su mamá y ella se había acordado de que esa casa a las afueras del pueblo pertenecía a José, su antiguo novio el chico del que se enamoró cuando solo era una adolescente y con el que no pudo continuar su relación debido a su papá. Su papá le amenazó con matarle y ella no pudo hacer nada, a José le dolió tanto que solo era capaz de escapar del pueblo, ya que esa historia el no la sabía.
José el padre de Fran ya estaba tocando su timbre, ella bajo acompañada de su hija y al abrir la puerta empezaron a discutir.
– José que haces aquí
– Yo vengo a pedirte que te alejes de mi familia.
– Tu hijo a sido el que se ha colado en mi casa.
– De el me voy a encargar yo, pero o te ocupas de tu hija malcriada y de tu comportamiento asqueroso al saber que el padre de tu hija os abandono o me encargaré yo.
– José vete de aquí, no voy a permitir que vengas aquí y digas eso de nosotras en nuestra casa, no eres bienvenido y mucho menos si solo vas a venir a criticar, además no es tu asunto si el padre de mi hija nos dejó o no, ya que nuestra vida no es de tu incumbencia.
Antes de que José contestara, María ya había pegado un portazo en su cara. Se fue agarrando a su hijo enfadado. Y cuando llegó a casa le dijo a su hijo que no volvería a salir de casa solo y que un profesor vendría a casa a darle clase, asi no le desobedecería más.
A Linda su madre solo le prohibió ir al río sola, para que no se viera con Fran. Y así los dos n tenían manera de verse, pero descubrieron una forma de hablar el uno con el otro, una paloma les pasaría un mensaje del otro atado en la pata.
Así se pasaron años hasta que él ya tenía diecinueve años y ella dieciocho, la mamá de Fran murió y José sufrió mucho, al igual que Fran. Y al ver como dolía al no estar junto a tu amor decidió ir a casa de María junto a su hijo.
María al abrir la puerta no tuvo una muy buena relación, ya que la última vez que él se presentó en la puerta de su casa con Fran la trató como a un ser miserable.
Pero José se disculpó, aceptó toda la culpa y en verdad si parecía disgustado. Linda aprovechó el momento en el que María ofreció pasar dentro de la casa a José y Fran para cogerle de la mano y echar a correr junto a él.
Se fueron a orillas del río y se abrazaron durante mucho tiempo, mientras tanto se contaban algunas cosas. Ellos nunca dejarían de amarse, ya que habían superado obstáculos que demostraban que estaban hechos el uno para el otro.
Estuvieron varios años de novios, hasta que se oyeron campanas de boda…
ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO. ESTA HISTORIA LA HE INVENTADO YO, CON MUCHO CARIÑO Y MUCHA IMAGINACIÓN.
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